“Ya
habían trabajado en la zona Misael Valderrama, un tal Rivera y mi hermano. Ellos
decían que ahí lloraban, molestaban y que luego los que trabajaban salían
corriendo.
Por
el año 1997 y 1998 cuando fui a trabajar llegué a cuidar motores pero ya me
habían avisado de las cosas que aparecían u ocurrían en ese lugar.
La
primera noche no pasó nada, la segunda noche algo en suspenso estaba como
preguntándome “¿Será cierto?”. Pero todo fue la tercera noche….
Como
entraba a las 6:00 p.m. vi un motor en el suelo de cultivo rodeado de varias
cruces hechas de tronquitos. Pregunté y me dijeron _ Es que aquí en este campo
es pesado pues Espinoza _
Colgué
en una cabañita de palos, que construyen siempre en el campo, la radio de
botones antigua que mi papá me prestó y en otra esquina el rosario que me
habían regalado.
A
las 9:00 p.m. escuchando la radio, escuché el sonido del botón y la radio se
apagó. Me pareció extraño. La prendí mientras el rosario fosforescente iluminaba
un lado de la cabañita. Después la radio se apaga por segunda vez y comencé a
hablar lisuras. La volví a prender.
Al
rato pasa el “Jefe de Ronda” en vehículo y me habla
_ Si ves algo extraño sólo sal a la pista que da al río _ como presintiendo que me podía pasar algo.
_ Si ves algo extraño sólo sal a la pista que da al río _ como presintiendo que me podía pasar algo.
A
eso de las 12 de la media noche se apaga nuevamente la radio, luego escucho
llorar a un niño por la acequia en medio del campo. Salí hacia la pista como me
dijo el Jefe, llevando mis cosas. En la pista me encontré con los ronderos (cuidaban
los cables de electricidad desde el antiguo grifo Koinsa hasta la altura del
Pozo Nº 01)…así pasaron las horas….esperé a que venga el trabajador de turno e
irme a mi casa”.
En
esta entrevista, don Alfredo me habla que la radio no estaba malograda y que
funcionaba a la perfección. Los botones de prendido eran de aquellos donde se
gira con los dedos, lo mismo se hacía para buscar las emisoras. Es cierto que
era de esos artefactos antiguos pero ya lo había probado antes y después del
suceso. La radio estaba en buen estado, no había motivo para apagarse por sí
sola.
Fuente oral
Sr.
Alfredo Espinoza Novoa (50 años).
Antes de las 7 de la mañana. El trabajo en el campo no paraba.
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