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martes, 14 de enero de 2014

El penar en la iglesia San José


Envío aquí dos relatos, pero con el transcurrir del tiempo podré agregar quizá más.

LAS BANCAS
Este relato es de los años 50-55 más o menos. se trata de mi tío Fabio Sánchez, ahora es carpintero pero cuando era más joven se dedicaba a muchas cosas, a pintar.

Dice que fueron a pintar la iglesia pero en turno de noche. Como estaban apurados y dicen que estaba en construcción, fue con sus amigos de noche a pintar, como cuatro. Agarraron su escalera, sus rodillos. Mi tío avisó a sus amigos que iba a comprar y salió. Era de noche.
Cuando regresa encuentra a su compañero afuera de la iglesia pero asustado.
-          Le pregunta ¿qué tienes? ¿qué te pasa?
-          Uno de los amigos: responde en la iglesia pena.
-          Pero ¿cómo va a penar?

Mientras mi tío se fue a comprar, los otros tres se quedaron a pintar, pintaban la iglesia aunque también las bancas. Al trabajar escuchaban sonar las bancas ¡chruiii! ¡chruii! a cada rato, pero siguieron trabajando los tres, y ellos eran los que escuchaban. Vieron moverse las bancas. A los tres les faltaron patitas y bajaron rápidamente de donde estaban subidos, salieron corriendo.

¿Sabes a qué se debe eso? Los cadáveres, del ser humano que ha fallecido, ahí lo velan, rezan y te lloran. Y dicen que en la iglesia pena más que en el cementerio.

PD: Sé por referencias históricas de la gente de antaño que por el año 1960 ya la iglesia San José quedó terminada en su infraestructura.

Fuente oral: David Jara.

Patrono de Cartavio, San José. Foto: Miguel Núñez.


LA PIEDRA

Siempre nos veíamos debido a las reuniones que teníamos por el trabajo, era el año 2011. Cuando veíamos el asunto de nuestro proyecto sobre relatos antiguos o cosas extrañas y escenificarlas en la calle Real con los alumnos de nuestro colegio, mi amiga Rosa Medina se animó a contarme una de las tantas cosas que ocurrieron alrededor del área de la iglesia San José de Cartavio. El relato habla de la Av. 28 de Julio en la cuadra que se halla la Funeraria "Gloriabamba".

¡Uy Miguel no te imaginas qué me ha pasado! Tú conoces a Pedrito, eehh Pedro Rivera. Ya, él es mi amigo de tiempo y una noche vino a visitarme. Tocó mi puerta y yo atendí por arriba en el segundo piso, desde esa ventana. ¿La hora? era más de las 11 pm.
Mientras estábamos tranquilamente conversando como siempre, cayó una piedra, sonó bien feo, qué fuera piedrita, fue una piedra grande como la palma de la mano. El sonido fue fuerte y había llegado casi a lado de Pedro. Sonriente nosotros buscamos al gracioso que estaba fastidiando. Mi amigo volteó a mirar y buscó de dónde la habían tirado. Yo desde el segundo piso miré también, desde ahí hay una mejor vista pero…………era de noche….no había gente…..todo silencio, calle prácticamente sin personas.

La piedra había llegado en una dirección como si lo lanzaran desde atrás de mi amigo (parte trasera de la iglesia) pero igual no estaba nadie. Además tremenda piedra quién la va a tirar de tan lejos. Mi corazón se hizo ufff, es así que bajé inmediatamente al primer piso, abrí la puerta mi amigo estaba asustado y yo ni qué decir. Dimos las últimas palabras para encontrar una explicación pero nada. Nos despedinos y él se fue volando a su casa.

Rosa Medina. Foto: Miguel Núñez.



Fuente oral: Rosa Medina

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